viernes, 29 de enero de 2010

Diario de un poeta rolinga en Villa Gesell (parte 7)


4 de enero

Cuando salí del muelle ya era casi de noche y el sol pegaba menos que una lata de Liberty. Las topper que había pescado estaban muy mojadas, así que decidí volver al medio ambiente y ponerme uno de los dos pares que me traje de Berazategui. De paso, pensé, juntaba coraje y me daba una ducha antes de ir al boliche a encarar minitas. Como seguía con el estómago más vacío que tribuna visitante del Nacional B, paré en un minimercado a comprar un poco de fiambre para hacerme unos sánguches. La cajera resultó ser casi tan fanática de los estón como yo. No podía saber si estaba buena o no, porque hacía rato que no pasaba por la peluquería y el flequillo le tapaba la cara y las tetas, igual que al Tío Cosa. Tenía puesta una musculosa con la tapa del disco Flowers, así que empecé a cantarle Ruby Tuesday, a ver si se copaba y me hacía un descuento. (Tanto cruzarme con rusitos y rusitas comienza a afectarme, veo). Intuí que la cajera sonreía por debajo del flequillo, pero lamentablemente sus jefes coreanos todavía no habían aprendido el significado de la palabra “rebaja”. Me lo hizo saber cantando “Take it or leave it”, otro tema del mismo disco. Los verdaderos fanáticos de los estón sabemos que ese el mejor disco de la banda, y que, en comparación, todo lo que vino después suena como un disco de Los Ratones. Pero la chica esta tenía una debilidad especial por el disco, porque ella era de Flores y estaba convencida que los estón le habían puesto ese título en honor a su barrio. Allá en Flowers, como llamaba ella a su barrio, también trabajaba como cajera en otro minimercado coreano, y había pedido que la transfirieran a Gesell para desenchufarse un poco. Como había onda la invité al boliche y le pedí su celu. La chica me lo dio de una y se levantó el flequillo para guiñarme un ojo. Ahí me di cuenta que era más fulera que Blas Armando Giunta. Salí del supermercado corriendo con las bolsas en una mano y el celular de la cajera en la otra. Voy a ver si se lo doy a mi primo Pedro para que lo venda así nos hacemos unos pesos.

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